El mundo del deporte despide con pesar a Nino Benvenuti, uno de los máximos exponentes del boxeo italiano, quien falleció a los 87 años.
Con una carrera que marcó un antes y un después tanto en el campo amateur como profesional, Benvenuti es recordado por su estilo elegante, su espíritu combativo y sus logros históricos que lo elevaron al olimpo del pugilismo mundial.
Nacido el 26 de abril de 1938 en Isola d’Istria (entonces territorio italiano, hoy Izola, Eslovenia), su nombre real era Giovanni Benvenuti.
Comenzó a practicar boxeo a los 13 años, entrenando primero en un improvisado gimnasio casero y luego en la Academia de Boxeo de Trieste. Su ascenso fue meteórico: se consagró campeón italiano amateur de peso wélter de 1956 a 1960 y campeón europeo en 1957 y 1959.
El punto culminante de su carrera amateur llegó en los Juegos Olímpicos de Roma 1960, donde conquistó la medalla de oro en la categoría peso wélter y recibió el prestigioso trofeo Val Barker, otorgado al mejor boxeador técnico de la competencia.
Cerró su etapa amateur con un impresionante récord invicto de 120 victorias en 120 combates.
En 1961, dio el salto al profesionalismo y continuó haciendo historia.
En 1965, se coronó campeón mundial de peso superwélter, y en 1967 alcanzó la gloria al convertirse en campeón mundial unificado de peso medio (WBA y WBC) tras derrotar por decisión unánime al estadounidense Emile Griffith en el legendario Madison Square Garden.
Aquel combate fue seguido por millones de italianos vía radio, ya que la RAI no lo transmitió por TV para preservar la ilusión del público.
En 1968 fue nombrado “Fighter of the Year” por la revista Ring Magazine, siendo el único italiano en recibir este galardón. También protagonizó uno de los “Rounds del Año” en 1969 al noquear al cubano Luis Manuel Rodríguez con un potente gancho de izquierda.
Su reinado llegó a su fin en 1970 cuando cayó ante el argentino Carlos Monzón, quien lo venció por KO técnico en el mismo Madison Square Garden.
La revancha en 1971 también terminó en derrota para Benvenuti, marcando su retiro definitivo del boxeo competitivo.
Su legado fue reconocido en 1992 con su ingreso al Salón Internacional de la Fama del Boxeo, siendo el primer italiano en alcanzar tal distinción.
También fue homenajeado por el Salón de la Fama del Deporte Italoamericano, en reconocimiento a sus hazañas logradas en suelo estadounidense.